miércoles, 18 de marzo de 2009

La Buena vida, obra teatral Clase y Pablo Domínguez destacan entre nominados a los Premios Altazor

Anoche se anunciaron los nominados para el premio que reconoce el trabajo de los artistas nacionales. La premiación será el 21 de abril.
18/03/2009 - 16:51

La buena vida, película de Andrés Wood, la obra teatral Clase, de Guillermo Calderón, además de una nominación póstuma al pintor Pablo Domínguez, fueron algunos de las nominaciones más destacadas de los Premios Altazor, donde la comunidad artística reconoce el trabajo de sus pares y que se anunció anoche.

La cinta de Wood, comparte el cartel de mejor dirección junto a Tony Manero y El cielo, la tierra, la lluvia, mientras que además fue nominada como mejor guión y tres de sus actrices, Aline Kuppenheim, Bélgica Castro y Manuela Oyarzún, coparon las nominaciones a mejor actuación en cine. Tony Manero, el otro filme chileno exitoso del 2008, compite como mejor guión y actor, Alfredo Castro.

La ceremionia realizada en el Museo Histórico Nacional celebró los diez años del premio, y fue presentada por Denise Malebrán y Héctor Noguera, los que anunciaron a los 32 nominados en esta edición.

Clase, la exitosa obra sobre la crisis estudiantil que se montó con éxito en el Teatro Mori, compite como mejor dramaturgia y actuaciones, para Francisca Lewin y Roberto Farías. En teatro destaca también la nominación de Tamara Acosta por Las Huachas, y Francisco Melo por El Mercader de Venecia.

Las artes visuales vieron el reconocimiento póstumo a Pablo Domínguez y su exposición Rompe-Cabezas, que se exhibió en la Galería 13, mientras que en escultura se reconoció la exposición Reducirse al máximo de Hugo Marín (Museo de Bellas Artes).

En música, una variada muestra del trabajo de la música local se vio en las nominaciones. La ópera Viento Blanco, sobre la tragedia de Antuco, y compuesta por Sebastián Errázuriz, compite en la categoría Música Docta. Destaca también el ascendente Manuel García en música alternativa y Chico Trujillo en Rock.

En literatura, algunas de las nominaciones fueron para Guillermo Blanco (Una loica en mi ventana), Jorge Marchant (El amante sin rostro) en ficción, mientras que en poesía destacan Teresa Calderón (Elefante) y el nominado este año al Premio Nacional de Literatura Oscar Hahn, con el poemario Pena de vida.

Finalmente , en televisión estuvieron algunos de los premios menos sorpresivos. Las series Cárcel de mujeres y El señor de la Querencia obtuvieron la mayor cantidad de nominaciones. El drama carcelario de TVN opta como mejor dirección en género dramático, y actrices (Paulina García y Paula Zúñiga). El señor de la Querencia está nominada en guión, actriz (Tamara Acosta) y actor (Julio Milostich y Alvaro García). Los 80, el gran éxito de audiencia del año, compite en tanto como mejor género drmático de ficción, guión y actor, por el trabajo de Daniel muñoz.

Los Premios Altazor se entregarán el 21 de abril en el Centro Cultural Teatro Cúpula en una ceremonia que será transmitida por Chilevisión.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Obra "Las Tres Hermanas" vuelve a cartelera del Teatro Mori Bellavista

Obra "Las Tres Hermanas" vuelve a cartelera del Teatro Mori Bellavista

Martes 3 de Marzo de 2009

Fuente : La Segunda Online

Tras una exitosa temporada durante el Festival Santiago a Mil, la obra dirigida por Víctor Carrasco vuelve con una nueva temporada a Teatro Mori Bellavista desde este jueves 5 de marzo.

Santiago.- Las Tres Hermanas es un clásico del dramaturgo ruso Anton Chejov, que en su nueva versión es protagonizada por las destacadas actrices Mariana Loyola, Francisca Lewin y Manuela Oyarzún.

Además, el resto del elenco está conformado por connotados actores nacionales, Francisco Pérez Bannen, Gloria Munchmeyer, Tomás Vidiella, Diego Casanueva, Andrés Céspedes, Daniela Lhorente, Cristián Carvajal, Juan Pablo Peragallo, Edgardo Bruna, Andrés Reyes y Emilio Edwards.

Las hermanas Prosorov -Olga, Masha e Irina- viven una existencia abúlica en un pueblo de provincia, soñando con volver a Moscú. Sus únicos pasatiempos son el trabajo, cada vez más agotador y rutinario, y las visitas de los militares apostados en la ciudad. El tedio, la infelicidad y la desazón interior las envuelve y comienza a inmovilizarlas.

La llegada de Vershinin cautiva a Masha, casada con un hombre al que no ama. La joven Irina decide comprometerse con un militar retirado por quién no siente nada, con el único propósito de cumplir su sueño y partir, mientras que la solitaria Olga ve cómo su vida se consume sin poder cambiar el curso de su existencia.

La puesta en escena de “Las tres hermanas", última parte de la trilogía compuesta por “Norte” del chileno Alejandro Moreno (Santiago a Mil, selección 2008) y “Variaciones sobre la muerte” de Jon Fosse, indaga en el sentido del realismo hoy. En un espacio vasto y monocromo, los actores y sus siluetas recortadas sobre un horizonte incandescente, emprenden un viaje hacia el interior de sí mismos para preguntarse por el sentido de la crisis y la trascendencia, confrontando su material biográfico con el texto de Chejov.




Calendario:


Duración: 2 horas 15 minutos.
Temporada: desde el 5 de marzo.
Horario: jueves a sábado a las 21 horas, domingo a las 20 horas.
Valores: $7.000 general y $3.500 estudiantes y tercera edad.

lunes, 2 de marzo de 2009

Tatiana Gaviola presenta las imágenes de su filme sobre Teresa Wilms Montt, interpretada por Francisca Lewin



Domingo 1 de marzo de 2009

Por Gabriel Bahamondes / La Nación Domingo
Tatiana Gaviola presenta las imágenes de su filme sobre Teresa Wilms Montt, interpretada por Francisca Lewin

Diabla
Iconoclasta y cuestionada, la incorregible poetisa chilena se convirtió en leyenda. Encerrada en un convento por infiel, adicta a los somníferos, al opio y el alcohol, se arrancó con Vicente Huidobro a Buenos Aires y se quitó la vida en París. A 88 años de su muerte, la cineasta, Tatiana Gaviola, habla de “Teresa”, filme protagonizado por Francisca Lewin, que se estrena el primer semestre de este año y que funciona como un espejo donde mirar la historia del género femenino.

Dos años antes de su muerte, la controvertida Teresa Wilms Montt escribió en Madrid un poema para el diablo. Se llamaba "Belzebuth" y decía: "Las lámparas de mis ojos destellan fulgores verdes encendidos de amor, culpables y queriendo ofrecerse a Dios; siguen ansiosos la sombra de oro envuelta en el torbellino refulgente de fuego eterno. Belzebuth, arcángel del mal, por qué turbar el alma que se torna a Dios, el alma que había olvidado las fantásticas bellezas del pecado original. Belzebuth, mi novio, mi perdición".

En 1921, Teresa se suicidó en París a la edad de 28 años ingiriendo barbitúricos. Sangraba una profunda pena. La habían separado de sus dos hijas, la crítica social la hacia pebre y la muerte de Anuarí, un joven bonaerense con quien sostuvo un intenso pero trágico romance, palpitaba en sus sábanas húmedas.

Ochenta y ocho años han pasado desde que Teresa Wilms Montt se largó de este mundo dejando un legado oscuro, misterioso y aún no develado. "Ya basta de tanto secreto, es hora de contar su historia", dice Tatiana Gaviola.

Conmovida y encantada por la vida de la escritora, la cineasta nacional (que debutó en 1996 con el largometraje "Mi último hombre") decidió llevar a la pantalla grande los últimos diez años de Teresa Wilms Montt en un filme rodado en Iquique y Colchagua (en la Hacienda Calleuque) y protagonizado por Francisca Lewin en el rol central, Diego Casanueva como Vicente Huidobro, Juan Pablo Ogalde como Gustavo Balmaceda y Matías Oviedo como Anuarí. "Teresa fue una mujer en conflicto permanente, porque su pasión por todo la desbordaba. Tomaba mucho Veronal (somnífero) que la calmaba de su ansiedad y le permitía dormir, fumaba opio y le gustaba el alcohol", cuenta la realizadora desde su hogar en la comuna de La Reina, a pasos del cine Hoyts.


SEXO Y MUERTE

Teresa Wilms Montt nació en el seno de una familia tradicional aristócrata de costumbres muy arraigadas. Fue educada por institutrices y profesores particulares que intentaron convertirla en una dama. Pero poco a poco, fue mostrando una aversión por los cánones estipulados y una perfecta atracción hacia lo prohibido, lo incorrecto (según la época), lo cuestionable. Como la poesía, la vida bohemia y la inquietud en todos los ámbitos posibles. Así, a los 17 años se fugó de su hogar para casarse con Gustavo Balmaceda.

"Se casó contra la voluntad de su familia, pero ella quería más. Ansiaba una libertad de esas que nunca puede definir bien, pero que son ganas de algo más. Después de un tiempo se enamora de Vicente Balmaceda, un primo de su marido (N. de la R: en el filme, el primo se llama Mariano y es interpretado por Álvaro Espinoza). La pillan, la someten a un tribunal familiar, le quitan a sus hijas y la encierran en un claustro de la congregación de La Preciosa Sangre en la calle Compañía. En ese lugar escribió sus vivencias, las cosas más fuertes de su vida, como su rollo entre la muerte y el erotismo, lo que era sumamente mal visto en la época", asegura Gaviola.
Dos años antes de su muerte, la controvertida Teresa Wilms Montt escribió en Madrid un poema para el diablo. Se llamaba "Belzebuth" y decía: "Las lámparas de mis ojos destellan fulgores verdes encendidos de amor, culpables y queriendo ofrecerse a Dios; siguen ansiosos la sombra de oro envuelta en el torbellino refulgente de fuego eterno. Belzebuth, arcángel del mal, por qué turbar el alma que se torna a Dios, el alma que había olvidado las fantásticas bellezas del pecado original. Belzebuth, mi novio, mi perdición".

En 1921, Teresa se suicidó en París a la edad de 28 años ingiriendo barbitúricos. Sangraba una profunda pena. La habían separado de sus dos hijas, la crítica social la hacia pebre y la muerte de Anuarí, un joven bonaerense con quien sostuvo un intenso pero trágico romance, palpitaba en sus sábanas húmedas.

Ochenta y ocho años han pasado desde que Teresa Wilms Montt se largó de este mundo dejando un legado oscuro, misterioso y aún no develado. "Ya basta de tanto secreto, es hora de contar su historia", dice Tatiana Gaviola.

Conmovida y encantada por la vida de la escritora, la cineasta nacional (que debutó en 1996 con el largometraje "Mi último hombre") decidió llevar a la pantalla grande los últimos diez años de Teresa Wilms Montt en un filme rodado en Iquique y Colchagua (en la Hacienda Calleuque) y protagonizado por Francisca Lewin en el rol central, Diego Casanueva como Vicente Huidobro, Juan Pablo Ogalde como Gustavo Balmaceda y Matías Oviedo como Anuarí. "Teresa fue una mujer en conflicto permanente, porque su pasión por todo la desbordaba. Tomaba mucho Veronal (somnífero) que la calmaba de su ansiedad y le permitía dormir, fumaba opio y le gustaba el alcohol", cuenta la realizadora desde su hogar en la comuna de La Reina, a pasos del cine Hoyts.
El lugar que cobija a la cineasta Tatiana Gaviola es una preciosa casa de corte campestre con muchos muebles de madera. En una de las paredes cuelga una fotografía enmarcada de Francisca Lewin con Diego Casanueva en su filme, "Teresa". En su habitación, celosamente, guarda imágenes de los personajes originales (Wilms y Huidobro) como dos tesoros, como dos objetos inspiradores. "La Francisca Lewin está francamente increíble como Teresa Wilms. En la película está brillante como una quinceañera y como una mujer llena de dolores. Diego Casanueva hace de Vicente Huidobro porque tiene una cosa aristócrata que me gusta mucho. De inmediato supe que Diego era Huidobro", cuenta.

Desde el patio de su hogar, al costado de una piscina y apoyada en una mesa larga bajo un parrón, Gaviola continúa su recorrido por la vida de Teresa Wilms. "¿En qué estábamos?", pregunta. "Ahhhh, ya recuerdo. Cuando la Teresa escapa del claustro ayudada por Huidobro", prosigue. "Hay testimonios que cuentan de la cercanía entre Huidobro y la Teresa. Por ejemplo, en una biografía de Huidobro escrita por Teiltenboim, se habla de una relación con Vicente. Ambos se fugaron a Buenos Aires dejando la escoba. Él era casado con Manuela Portales, tenía hijas y familia".

Cuando Teresa Wilms Montt muere en 1921 en Francia, Vicente Huidobro la definió como: "La mujer más grande que ha producido la América. Perfecta de cara, perfecta de cuerpo, perfecta de elegancia, perfecta de inteligencia, perfecta de fuerza espiritual, perfecta de gracia". Huidobro sufría porque su padre le exigía trabajar en la Viña Santa Rita en el negocio familiar y veía con horror como le quemaban sus libros. Teresa, por su parte, se acongojaba por su reclusión, la crítica social y la lejanía de sus hijas. Ambos encontraron consuelo mutuo a sus penas. "Creo que Huidobro tenía una admiración muy grande por ella. Tuvieron una relación afectiva y erótica fuerte, pero creo que Teresa quería más. Los dos tenían 22 años y se convirtieron en compañeros astrales".


GAVIOLA: "A VECES NOS MATAN"

Cada vez que se alista para iniciar un nuevo discurso sobre Teresa Wilms, Tatiana inspira hondo y se prepara para largar un par de frases sobre su alter ego. Se toma el pelo, pierde la mirada, se ríe, se pone seria, evoca melancolía, tristeza, alegría, fuerza, inquietud. Infinitas sensaciones que le provocan un personaje al cual admira, se identifica y que le debe mucho. "Esta historia nunca ha sido contada y de ahí mi intención por hacer esta interpretación libre de su vida. Siempre he pensado que porque existió la Teresa no estamos presas, no nos siguen encerrando, pero nos matan a veces, porque el femicidio tiene que ver con no soportar a las mujeres con sus complejidades", dice.

Al igual que Teresa Wilms Montt, Tatiana Gaviola en su momento fue una incomprendida y vio con pavor como su trabajo fue censurado durante la dictadura militar de Augusto Pinochet. Estudió en la Escuela de Artes y Comunicación de la Universidad Católica en una época en que era raro estudiar cine, sobre todo para una mujer. "Han pasado doce años desde mi primera película, pero esta historia la tengo escogida antes de trabajar en cine. La descubrí y me habló siempre, me conmovió. Hay cosas de ella que no pueden pasar sin identificar a las mujeres. Teresa fue una mujer súper castigada, súper reprobada. Yo también fui censurada con mi primer documental sobre la muerte de Eduardo Frei Montalva. Me tocó vivir muchas represiones en torno a mi trabajo, entonces me identifico mucho con ella".

Ambas mujeres incisivas, tienen en común ese desafío ante los esquemas, una estampa femenina fuerte, avidez fecunda, desenfado, amor al género, incomprendidas y queridas por igual.

Una dejó sólo su recuerdo y la otra se nutre de ese legado.

"Hacer una película de la Teresa es de justicia y creo que a las mujeres les gustará mucho, pero a los hombres también porque podrán conocerlas", dice Tatiana.

"Nada tengo, nada dejo, nada pido. Desnuda como nací me voy, tan ignorante de lo que en el mundo había. Sufrí y es el único bagaje que admite la barca que lleva al olvido", escribió Wilms Montt a la hora de los adioses.



SEXO Y MUERTE

Teresa Wilms Montt nació en el seno de una familia tradicional aristócrata de costumbres muy arraigadas. Fue educada por institutrices y profesores particulares que intentaron convertirla en una dama. Pero poco a poco, fue mostrando una aversión por los cánones estipulados y una perfecta atracción hacia lo prohibido, lo incorrecto (según la época), lo cuestionable. Como la poesía, la vida bohemia y la inquietud en todos los ámbitos posibles. Así, a los 17 años se fugó de su hogar para casarse con Gustavo Balmaceda.

"Se casó contra la voluntad de su familia, pero ella quería más. Ansiaba una libertad de esas que nunca puede definir bien, pero que son ganas de algo más. Después de un tiempo se enamora de Vicente Balmaceda, un primo de su marido (N. de la R: en el filme, el primo se llama Mariano y es interpretado por Álvaro Espinoza). La pillan, la someten a un tribunal familiar, le quitan a sus hijas y la encierran en un claustro de la congregación de La Preciosa Sangre en la calle Compañía. En ese lugar escribió sus vivencias, las cosas más fuertes de su vida, como su rollo entre la muerte y el erotismo, lo que era sumamente mal visto en la época", asegura Gaviola.