miércoles, 27 de agosto de 2008

Claves para el análisis de "Clase", de Guillermo Calderòn


Sobre la obra:
La obra “Clase” ha sido escrita y dirigida por Guillermo Calderón y comenzó temporada el fin de semana en la sala Mori Bellavista, tras cumplir un período de rodaje.
El texto encara el Chile de las protestas estudiantiles para cuestionar el sistema de educación, las relaciones de poder profesor-alumno y la perpetuación de la discriminación social.
En escena se muestra a un profesor abatido y despiadado (R. Farías) que luciendo una herida ensangrentada en el rostro se sincera con una alumna aparentemente impoluta, empeñada en disertar sobre el Buda y la iluminación (F. Lewin), mientras el resto del alumnado protesta en las calles.
La situación da curso a una confrontación generacional de tintes ideológicos en torno al sentido de futuro, la desesperanza y la precaria posibilidad de un cambio social.
Junto al humor sombrío e irreverente frente a todo precepto políticamente correcto (en especial, en torno a la conducta ejemplar e inmaculada que se espera de un profesor), la puesta se apoya en la dinámica actoral del elenco.
El montaje enriquece sus niveles de lectura gracias al diseño de Loreto Martínez, que reserva para el cierre una imagen alegórica que se ofrece al espectador como una instalación conceptual sobre el movimiento estudiantil, mientras se escuchan mantras.

Sobre el autor:
Guillermo Calderón (1971) es actor, director y dramaturgo. Ganador de premio del Círculo de Críticos en 2006, Altazor 2007 y recientemente del premio José Nuez Martín 2008.
Estudió actuación en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile y completó un post-grado en el Actor's Studio de Nueva York, además de estudios de cine en la City University of New York y formación superior en la Escuela de Teatro Físico Dell´Arte en California. Ha dirigido “La caída de la Casa Usher”, montaje por el cual fue invitado a Cádiz y Bayonne, e “Historias de Familia”.
En 2006 estrenó “Neva”, una de las piezas chilenas que mayor reconocimiento ha alcanzado en el extranjero. La puesta contó dramaturgia y dirección de Calderón y fue desarrollada junto a la compañía Teatro en el Blanco, que integran Trinidad González, Paula Zúñiga y Jorge Bécker.
En ella patentó una escritura que se distancia tanto de la tradición como de los ejercicios estilísticos y formales de quienes podrían ser sus compañeros de generación.
La obra propone un acercamiento al contexto social de Antón Chéjov y a su trastienda personal y hace patente los límites del realismo, lo que –de alguna manera – equivale a volver sobre la crisis de la escena del siglo XX.
Para ello ficciona en torno a la suerte de Olga Knipper, la viuda de Chéjov, cuando a seis meses de la muerte de este último ensaya “El jardín de los cerezos’’ en San Petersburgo el 22 de enero de 1905, jornada que se conocería como Domingo Sangriento a causa de los cruentos hechos que costaron la vida a miles de obreros tras la represión de las tropas zaristas y que constituyeron la antesala de la revolución.

Sobre la dramaturgia:
Tanto en “Neva” como en “Clase”, el autor ha mostrado dominio del tempo, de las técnicas narrativas, los monólogos y los diálogos.
Además, tiende a introducir quiebres en el desarrollo de las obras que permiten hablar de una meta-dramaturgia. Sugiere no temerle a las palabras ni a la capacidad de remoción.
En “Neva”, la escritura adopta a ratos el tono de un alegato frente a la discutida validez de las técnicas de actuación y al ensimismamiento creativo del artista que lo aparta del presente histórico.
En “Clase”, muestra una fuerza lírica de arrolladora contingencia.
Estilísticamente, la dramaturgia de Calderón parece tender un puente entre los fantasmas y preocupaciones que rondaron a los autores de la generación del ’50 y las rupturas a que han dado pie los nuevos dramaturgos.

Sobre la compañía:
“Clase” ha sido escenificada por la Agrupación La Reina de Conchalí, que reúne a Francisca Lewin, Roberto Farías y la diseñadora Loreto Martínez.

Extracto de “Clase”:
“En mi casa no había libros.
Sólo cariño.
Mis padres tenían un corazón grande y la mirada simple.
No tenían libros.
A veces llovía y llegaba el otoño pero todo lo que sentíamos se quedaba ahogado aquí porque sabíamos pocas palabras.
Partí tarde”.

Claves para el análisis:
- Vínculo entre maestro y alumno.
- Crisis educacional.
- El enfoque de Oriente y Occidente frente a la trascendencia
- El budismo, la iluminación y la inmanencia


Cartelera:
“Clase”. Funciones: Jueves a sábado a las 20.30 horas. Sala Mori Bellavista. Constitución 183. Reservas: 7776246. Valor entradas público general: $6.000.

martes, 26 de agosto de 2008

"Una mirada cruda al sistema educativo y social Chileno. CLASE"



Titulo: CLASE
Lugar: Centro Mori Bellavista
Dirección: Guillermo Calderón.
Elenco: Francisca Lewin. Roberto Farías.
Horario: Funciones de Jueves a Sábado. 20:30 hrs.
Precio: $6.000 General. $ 3.000 estudiantes y tercera edad.

Un profesor se encuentra solo en una sala de clases, su única compañía es una abnegada alumna que no quiso ir a protestar junto a su curso para mejorar la educación. Sin embargo, el profesor decide hacer una sesión especial en la que expone febrilmente su desahogo frente a la vida y sus frustraciones políticas. Mientras su alumna solo se queda para realizar una disertación que lo expone como un profesor sin futuro, con un camino de redención imposible.

La última jugada del director teatral Guillermo Calderón, (Neva) junto a su nueva compañía “La reina de Conchalí”, presenta la obra CLASE, con Roberto Farías y Francisca Lewin, en el Centro Mori de Bellavista, con toda la agudeza y critica social que lo caracteriza.

En tus obras siempre muestras un desahogo social frente a temas que no tienen mucha tribuna, salvo cuando la olla esta a punto de explotar, ahora tomaste la educación, por ejemplo.

¿Cómo nace este proceso de creación de CLASE?
Mi caso surgió justamente cuando se inició la primera revolución de los pingüinos en el año 2006, en ese momento yo estaba trabajando en otra obra, pero el fenómeno me pareció muy interesante porque yo tenía opiniones muy fuertes frente a eso y dije “Bueno, a lo mejor me gustaría vertirlo en algún momento en una obra”. Y justo este año (2008) hubo una segunda vuelta del movimiento y es un proceso que culmina muy lamentablemente para los que participaron, que es la aprobación de la Ley general de educación (LEGE). Esto me decepcionó mucho, porque las expectativas de los estudiantes iban para otro lado obviamente, y CLASE refleja eso.

Con un Profesor muy particular.

Curiosamente resultó ser un poco premonitoria la situación porque el personaje del profesor (Roberto Farías) es bastante pesimista con respecto al movimiento, ya que él estima que la organización no esta suficientemente politizada y yo creo que ese fue uno de los problemas de los estudiantes, ya que “fue derrotado” con la derogación de la LEGE-
Se ha visto en la mayoría de tus trabajos una fuerte visión de discurso político social. ¿Qué puedes decir de esto?

-Sí, la verdad es que si existe un discurso político. Pero las visiones no siempre son firmes, sino más bien la idea es problematizar el contenido sobre el escenario, y de esta forma encontrar un proceso personal y también un punto de vista desde el espectador. Esta visión bien política es muy del teatro chileno también. El teatro nacional siempre ha sido muy político.

Guillermo Calderón, además señalo a la Maga, que ya tienen un próximo estreno: “Diciembre”, que es la historia de una familia que se reúne una noche y resulta que Chile está en guerra.
“Es un drama doméstico en un política de acción, un especie de ficción política” afirma el autor.

“Diciembre” se presentara en el marco del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, España. Con fecha de estreno en la segunda semana de Octubre.

viernes, 1 de agosto de 2008

"La generación 16"




Matías Oviedo, Cristián Arriagada, Fernanda Urrejola, Francisca Lewin, Cristián Riquelme y Luz Valdivieso protagonizaron en 2003 la teleserie 16. Cinco años después, se juntan para recordar cómo fue la experiencia, de la que salió el semillero de actores más exitoso del canal estatal.


El 9 de junio de 2003 debutó por las pantallas de TVN la teleserie 16. La producción era pionera al abrirse a un nicho inexplorado -los jóvenes- y también instalaba como protagonistas a un grupo de actores prácticamente desconocidos. Así aparecieron, de jumper, pantalón y corbata, Francisca Lewin y Cristián Arriagada -los protagonistas de la historia- junto a Luz Valdivieso, Fernanda Urrejola, Matías Oviedo y Cristián Riquelme, entre otros. Y fue un éxito: llegó a marcar peaks de 32 puntos y promedió 19.9 puntos de rating en su horario de las 17.30 horas. Ahora, los seis actores protagónicos tienen carreras consagradas y se mantienen en la red estatal.

Así, Urrejola, Oviedo, Riquelme y Arriagada estarán en la teleserie del segundo semestre de TVN, Hijos del Monte, mientras que Lewin acaba de terminar de grabar Viuda alegre. Valdivieso, por su parte, sólo se quedó fuera de pantalla por su reciente maternidad y dice que más adelante sabrá qué hará en 2009. Además, entre todos acumulan proyectos teatrales varios, como los montajes del segundo semestre Las tres hermanas, que dirigirá Víctor Carrasco y La matanza de Zapallar. Tienen apariciones en series como el Gen Mishima o La conspiración, que se grabará el próximo año. Y Riquelme aporta cine al currículum colectivo, con su proyecto Los Cinco, dirigido por Marco Enríquez-Ominami, sobre los últimos días de vida de Miguel Enríquez. Mientras, Oviedo se encarga de la cuota musical, gracias a la preparación de su disco solista y con la composición de la música de la obra Tú mi primera película.

El revival también está en pantalla: este lunes el canal público comenzó a repetir, a las 18 horas, la telenovela 17, la segunda parte de 16. El mismo elenco pero, para la historia, pasaron de 3º a 4º medio en el ficticio colegio Antumapu. Las temáticas, en todo caso, eran similares: líos amorosos, sexo, dudas vocaciones, bulimia y el fin de la adolescencia.

La producción no sólo fue utilizada para abrir un nicho horario y generacional antes no explorado por las telenovelas locales, también sirvió como pionera de una costumbre que la red estatal utiliza con cada vez más frecuencia. Porque al igual que El señor de La Querencia, 16 se grabó completa antes de que fuera exhibida. El equipo, que también era primerizo, realizó toda la producción entre el 15 de enero y el 31 de mayo de 2003. Y los actores ahora coinciden en que eso fue un alivio en términos del impacto que tuvo en ellos sus primeros encuentros con la fama.

Las declaraciones de principio tampoco tardaron en llegar en esa época. Víctor Huerta, director de la producción dijo en su momento: "Por las historias que se van a mostrar, va a haber harta gente que se va a sentir identificada, sobre todo público juvenil. Por ello, nos interesa dar una esperanza más que sólo mostrar la cruda realidad" y agregó que se buscaba tener un enfoque "educativo" a temas que nadie se atrevía a tratar. Y aunque la apertura de la franja horaria no fue definitiva, sí sentaron un precedente de que había público telenovelesco a otras horas que no fueran las 20 horas. Y fue un semillero envidiable de actores. La nueva generación.
Ellas
Francisca Lewin tiene día libre, pero es la primera en aparecer. Ve entrar a Luz Valdivieso, se dan un gran abrazo y comienzan a ponerse al día. Son amigas hasta hoy y se nota. Luego llega Fernanda Urrejola y el trío está armado. Tienen tal nivel de conexión que, a ratos, uno parece estar espiando una conversación privada. Porque se desentienden de la grabadora y echan a correr la memoria de cuando tuvieron que grabar la teleserie 16. El casting, la fraternidad que hubo, las anécdotas. Todo. Tienen buena memoria y se interrumpen entre risas. "¡Cinco años desde que la hicimos!", lanza Lewin. La pelota está echada.

Fernanda Urrejola: Ya estamos grandes. De hecho, llevo dos teleseries donde tengo hijos (se impresionan todas). De un año, por suerte.
Francisca Lewin: Y yo estoy haciendo como un master en escolaridad (risas).

¿Cómo recuerdan la experiencia?
Francisca Lewin: Eramos todos inocentes (risas). Para mí, los mejores recuerdos.
Además, fue la primera teleserie que se grabó completa antes de salir al aire. Por eso tuvieron cero presión de rating.
Luz Valdivieso: Sí, eso fue bacán.
Francisca Lewin: Sí, porque nadie sabía nada de cómo iba a ser el rating, entonces grabamos con la mejor de las ondas y creo que también, una vez lo hablé con una de las guionistas, era una teleserie nueva y no estaban tan encima. A ellos también le dieron más libertad para escribirla y eso se nota, sobre todo en 17, donde los temas se profundizan.
Fernanda Urrejola: Todos los personajes estaban súper bien armaditos.
Luz Valdivieso: A pesar de ser una juvenil, los temas que se tocaban eran en profundidad y eso era entretenido.
Además, esta producción fue el puntapié para que TVN se atreviera a ampliarse y hacer telenovelas nocturnas.
Francisca Lewin: Claro, era la primera teleserie de otro formato.
Luz Valdivieso: ¿Y se acuerdan que después la segunda, 17, iba a ser nocturna?
Fernanda Urrejola: Nooo...
Luz Valdivieso: Sí, nos dijeron oficialmente, en Pucón.

¿Nocturna? ¿Y qué iban a hacer? ¿Subir el jumper?
Luz Valdivieso: Iba a verse más piel (risas).
Francisca Lewin: ¡Ah! Sí me acuerdo, pero que después, hablando, todas pudorosas, obviamente, fuimos a preguntar ¿cómo que nocturna, que significa eso, qué implica?
Luz Valdivieso: Y además que era la misma historia, los mismos personajes. Era raro que se transformara de repente en nocturna. Y la actriz argentina que vino (Julieta Camaño, que era la antagonista de 17) iba a mostrar haaarto. Y estábamos todas en trajebaño y ella ahí... bien, bien.
Francisca Lewin: Bien de colaless (risas).
Fernanda Urrejola: Además que era argentina, así que había que aprovechar que los pudores eran distintos.
Francisca Lewin: Pero no era tan distinta, todo el mundo pensaba que a ella le daba lo mismo, pero no.
Fernanda Urrejola: Sí, pero acuérdate que la primera escena que hicimos fue así como ¡Gua! Y todos la quedamos mirando.
Francisca Lewin: Pero ella tampoco estaba muy feliz. No era como que "estoy en mis salsa, me siento súper cómoda".

Han pasado cinco años. ¿Cuánto sienten que han cambiado como actrices?
Luz Valdivieso: Encuentro que es un atentado cuando la repiten (carcajadas).
Fernanda Urrejola: A mí me mostraron hasta el casting que hice para 16 en la tele... ¡eso sí que es atentado! Con Matías Oviedo ahí, los dos bien pollos frente a las cámaras.
Francisca Lewin: Ese casting horrible donde había que ir a poner música en un equipo.

Todas: ¡Horrible!
Luz Valdivieso: Pero a mí no me tocó hacer ese casting.
Francisca Lewin: Es que tú venías de al lado (había trabajado en Piel canela, en Canal 13). La Luz era como la que mandaba, la que sabía. Y nos daba indicaciones, mandona (la mira riendo).
Luz Valdivieso: A la Ica yo siempre la empujaba para adelante, porque siempre se escondía. Estábamos todos en grupo, y ella, que era la protagonista, se ponía detrás. Y yo la empujaba para que apareciera. A mí me tocó el casting con Cristián Arriagada en un estudio en Chilefilms.

¿Qué recuerdan que les faltaba en esa época y que ahora tienen?
Luz Valdivieso: Calma.
Fernanda Urrejola: Sí, experiencia. Era una ansiedad constante, todos queríamos ser amigos con todos.
Francisca Lewin: Es verdad lo que dices. Uno como que daba todo para las escenas, como si te la estuvieras jugando para hacer la película de tu vida. Me acuerdo que una vez me quedé enferma, haciendo una escena mil veces gritando, y quedé afónica como por un año. Me tuve que hacer un tratamiento. Ahora uno dosifica un poco más, dices: "Bueno, tengo que hacer 10 escenas al día. Si una no sale tan bien, no es tan terrible". Antes estabas todo el día pensando en cómo era. No es que uno le ponga menos profesionalismo y dedicación, pero sí menos ansiedad y ganas de que esa escena sea lo máximo.
Fernanda Urrejola: Creo que parte de que nos haya ido bien a todos después fue porque armamos una cosa distinta nomás.
Francisca Lewin: Y la buena onda no era solamente entre los actores, sino del equipo entero. Desde el sonidista al director, todos nos juntábamos y salíamos después de grabar. Fue algo inédito y que no creo que se vuelva a repetir.

En términos mediáticos, ¿cuánta inocencia perdieron desde que salió al aire 16?
Luz Valdivieso: No fue tan terrible, porque la teleserie no salió al aire mientras la grabamos.
Fernanda Urrejola: Yo me acuerdo que fue heavy.
Lewin y Valdivieso: Para ti fue heavy (la quedan mirando entre risas).
Francisca Lewin: Pero fue súper paulatino. Porque no fue la teleserie de las 8. Te reconocían más los niños, alguna gente, fue de a poco.
Fernanda Urrejola: Fue de a poco, y también un reconocimiento de la gente súper lindo. Y eso duró harto rato, de ser como los niñitos lindos.
Luz Valdivieso: Claro, como el área juvenil.

Ellos
Se ponen muy serios al contestar y piensan cada respuesta. Pero basta que llegue Luz Valdivieso, a la que ven por primera vez desde que tuvo a su hija María, para que la solemnidad dé paso a efusivos saludos, preguntas y más de una risa. Y de ahí en adelante, entre respuesta y respuesta, una que otra broma se cuela a la conversación, dejando entrever una complicidad implícita. Ellos mismos lo cuentan, desde hace cinco años, cuando protagonizaron 16, no han dejado de trabajar juntos en las distintas producciones de TVN. Y la familiaridad se nota. Aunque confiesan que no siempre se ven tanto como quisieran y que, como dice Matías Oviedo, "la Ica (Francisca Lewin) se cambió de elenco", todos conversan con soltura mientras posan para la foto. Incluso Cristián Arriagada recuerda con humor su paso por la teleserie nocturna Idolos, tan destapada que, comenta, en un punto ya habían perdido el pudor unos con otros de andar desvestidos.

"Fue entretenido hacer 16, porque nos hicimos súper amigos todos. Fue un equipo que nos quisimos harto, y así ha sido hasta ahora. Marcó una etapa", recuerda Oviedo sobre la teleserie juvenil. Y Cristián Riquelme agrega que para él y Arriagada el asunto continuaba en sus días en la universidad, donde eran compañeros. "Con Cristián tenemos una amistad de años, desde el año 99. Ya llevamos casi 10 años de amistad", apunta Riquelme y Arriagada lo interrumpe con un "¡Uf, que ha pasado el tiempo!", y Riquelme remata entre risas: "Sí, 10 años. Con la pata de gallo y bien craquelados al final".

Ahora los destinos telenovelescos los juntaron nuevamente, porque los tres actores son parte del elenco de Hijos del Monte, la producción dramática del segundo semestre de TVN para las 20 horas. Además, Riquelme y Arriagada estrenarán el montaje Duros el próximo jueves, con la dirección de Claudio Arredondo.

"Alguna vez nos dijeron en la escuela que si actuábamos juntos, íbamos a tener eso. Que Cristián iba a ser el bueno y yo el malo. Por una cuestión de porte, de energía, de cara, de físico. Y efectivamente ha sido así. Yo he hecho de malo y él de bueno", cuenta Riquelme.
Vida colegial

Al momento de recordar los días de grabación de 16, Oviedo asegura que eran más obedientes de lo que se esperaría de un puñado de casi puros primerizos en teleseries. "Igual éramos desordenados cuando ibamos a grabar al colegio y todo. Pero como todos éramos principiantes, estábamos súper atentos a lo que nos dijeran los directores, los productores. Les creíamos todo", cuenta. Y agrega: "Con el tiempo uno se vuelve más escéptico, pero no en mala, y tienes más opinion. En esa época uno era más pollito. Tratabas de seguir las reglas al pie de la letra. En cambio ahora uno sabe cómo funcionan las cosas, entonces sabes hasta donde puedes llegar, forzar situaciones. Sin maldad, pero para que haya más proposición de uno. Te vas poniendo más desordenado con el tiempo".

Mientras, sus compañeros destacan la relación que se forjó en el equipo, no solamente entre el elenco. "Todos recuerdan con mucho cariño esa teleserie, más allá del éxito que tuvo, por la onda que se generó a nivel de actores, de producción, de director hubo algo muy poderoso, que pasó mucho más allá de la pantalla. Creo que esa confianza con los directores que se ganó en esa teleserie siguió de ahí en adelante para todas las telenovelas", opina Arriagada.

Además, esa fue la época en que debutaron dando autógrafos. "Hubo harto teenager en ese momento, me acuerdo", dice el galán de Amor por accidente y añade: "Me acuerdo que venían escolares de todos los colegios. No había distinción social, el tema de la teleserie llegó a todos lados, rebotó a todas partes, incluso a nivel familiar. Y bueno, los autógrafos iban y venían". Claro que Oviedo dice que se salvó un poco de esa faceta, porque "aparecía bastante distinto de lo que era en la vida real" y porque "nunca fui tan protagonista. Igual fue un cambio, que la gente te reconozca en la calle, pero no fue un shock. No ha sido nada acosador. Me lo tomo con calma. Te saludan en la calle, te tiran la talla, pero todo bien", afirma el intérprete de Ignacio de El señor de la Querencia.

Sus compañeros no se toman el asunto con tanta filosofía. "A mí lo que más me costó fue entender que esta pega que para mí dura de 8 a 6, repercute en gente afuera, que la gente te relaciona con un personaje. Me costó entender que la gente tiene todo el derecho a opinar, y uno es el que la toma o no la toma. Y ese es un costo", acota Riquelme y agrega que "es violento que uno está trabajando y de repente viene una ola gigante de opiniones, que te las tienes que bancar". Arriagada lo secunda. "Ese es un buen punto, porque más allá de ese destape de la vida profesional, después aparecen unos que son como profanadores de tu vida personal, que quieren saber mucho más. Y hay que aprender a manejarse en esas cosas. O en un principio con toda la gente que te agarra, te toma, como si fueras parte de su vida".

Y todos coinciden en que las repeticiones a veces son una tortura, pero que al final no se lo toman tan en serio. "Cuando la repiten, la veo y me carga un poco. No sabría puntualmente por qué es, pero ahora lo haría distinto. Quizás la experiencia te deja mirar los personajes de distintos lados. Antes uno tiraba toda la carne a la parrilla desde un punto de vista, ahora podría hacer con más calma las miradas del personaje", dice Oviedo.

Y Riquelme lo complementa con una visión más indulgente: "Vas mirando para atrás, y ves escenas que hiciste en 16 y las encuentras notables, y otras que ves y piensas, 'pucha, aquí le podría haber puesto un poco más'. Pero inmediatamente viene el perdón. Yo me lo perdono absolutamente, porque no tenía idea de lo que era hacer televisión".